En el momento de invertir el 90% de los inversores le damos mucha importancia al precio de una acción, cuando se trata de una variable que nos dice poco (o más bien nada) sobre la situación actual de la empresa.
¿Cuántas veces hemos oído… “Esta acción la he visto a 3€” cuando el precio de la acción está a 1,5€, como argumento de compra? Los inversores (o la gran mayoría), en menor o mayor medida, nos pasamos gran parte del tiempo mirando los precios de las cotizaciones de forma constante. ¡Como si un simple número nos vaya a decir alguna cosa! Y es que el ser humano es así de irracional.
Si nos fijamos en el precio de una acción, por ejemplo INDITEX, podemos ver al finalizar la sesión del 28/08, que el mínimo en 52 semanas está en 23€. El máximo, en 33,44€. En un mismo año, hay alguien que ha vendido a 23€ (pensando que sería una buena venta) y otro que, comprando a 33,44€, también pensaba que hacía una buena compra. ¿Alguien de los dos está en lo correcto? La respuesta, a nivel personal, es que solo fijándonos en el precio es imposible saberlo.
Y es que no debemos olvidar que cuando compramos una acción estamos comprando una participación de una empresa. Una empresa con sus ingresos, gastos, deudas, empleados, patentes y un largo etcétera. Y estos, son mucho más constantes (y lógicos) que las cotizaciones diarias. Por ejemplo, el margen operativo de Inditex el último año ha sido de 17,03%. La media de los últimos 5 años, 17,51%. Algo parecido pasa con la rentabilidad sobre fondos propios: un 23,12% en el último año vs un 23,52% de media en los últimos 5 años. Aquí podéis ver más sobre estas ratios. Y es que, a pesar de que queremos hacer un artículo más adelante profundizando en las ratios más importantes para valorar una empresa, hay pocas ratios importantes donde el precio tiene relevancia.
De hecho, y ya para finalizar, creo de forma firme que para saber si una empresa es de calidad, no nos importa el precio. Saber la RoE, la RoA, la deuda financiera en relación a sus recursos propios, el incremento de ventas en los últimos años, ratios de eficiencia y reducción de costes, o la obtención de ventajas competitivas respecto sus competidores a través de patentes o imagen de marca, SÍ que nos puede dar pistas sobre si estamos delante de una empresa de calidad o no. Luego, y ya cuando decidamos que queremos incorporar esta empresa en nuestra cartera, ya tendremos tiempo para fijarnos en ratios que intervenga el precio: como el PER o la rentabilidad por dividendo. Y una vez nos fijamos un precio de entrada, a tener paciencia, comportamiento vital para llegar a ser un gran inversor.
Atentamente,
Miquel Cantenys.