Creo que los taxis son tan antiguos como las carrozas y carros que transportaban a nuestros antepasados a través de la provincia tarraconiense. Sin ir tan lejos, durante el Siglo XIX se popularizaron las carrozas en las grandes ciudades que movían a los burgueses arriba y abajo de las grandes vías.
El negocio que se mostraba como lucrativo fue regulado por el sector público que expedía licencias limitadas a un “módico precio” a quienes pudieran pagarlas y cumplieran ciertos requisitos. La presión de los grupos para no perder sus privilegios, hicieron que se frenara la emisión de licencias. Tal es así que desde los 90, a duras penas han aumentado el número de licencias de taxis (especialmente en zonas demandantes como Madrid y Barcelona) habiendo creado escasez en la oferta y elevando el precio de las licencias hasta 140.000€ y 50.000€ por taxi y VTC respectivamente en la zona de Madrid. Esta rentabilidad suculenta ha presionado aún más a la no emisión para los que ven en ella una oportunidad especulativa y para los que habiendo hipotecado su futuro, no quieren ser barridos por el libre mercado.
Con la llegada de la tecnología y las aplicaciones con proyección hacia la movilidad llegan cambios a este modelo cerrado.
Uber y Cabify
Les dedicaremos otro artículo, pero parecen ser para los taxistas, lo mismo que las mule jenny para los obreros del diecinueve. La proliferación de las licencias VTC (vehículos de arrendamiento con conductor) han puesto en jaque a los conductores tradicionales.
La duda no solo legal, sino también moral, viene con:
- ¿Qué pasaría con los taxistas que han dedicado tanto dinero en la compra-venta entre particulares si de golpe vieran como los ingresos por servicio caen a mínimos? Cabe recordar que la mayoría en nuestro país son autónomos mientras que Uber o Cabify son empresas de implementación global y que en cierto modo el sector caería en precarización. Aunque algo me dice que a la larga también serán capaces de hacer huelgas una vez se afiancen en el sector.
- Si por lo contrario estuviéramos a favor de los taxistas y aplicaramos el Real Decreto del 2015 de 30 taxis por cada VTC ¿Cómo lo haríamos para hacer cumplirla? Actualmente la ratio se dice que es de 11 a 1 y en las grandes ciudades cercana a 5 a 1. ¿Podemos perjudicar a personas que han adquirido la licencia de forma totalmente legal?
De momento así estamos hoy: con taxis cortando las vías y con a veces, actuaciones violentas sin duda lamentables; el gobierno proponiendo transferir la competencia de los VTC a las autonomías y suma y sigue. Ninguna solución real.
Qué hacer?
Desde mi punto de vista, los taxis como los conocíamos antaño están condenados a desaparecer. De hecho ya lo están haciendo en ciudades no turísticas dados los altos precios que se copan en España, pero el negocio del transporte privado no personal, parece no tener freno en las grandes ciudades, donde mantener un vehículo propio es más un problema que una facilidad. La tendencia apunta hacia una bajada general de precios dada la mayor competencia, que se agudizará más y que en definitiva nos va a favorecer a los clientes. Y es que exceptuando unos pocos, ¡Los clientes no somos tontos! Poca gente coge el taxi y cada vez más, lo hace a vehículos VTC, esperemos que la opinión de los usuarios vaya calando en las esferas políticas y busquen un abordamiento económicamente favorable y sostenible.
Marc Baraut