Del baby boom o millenials, todos hemos escuchado por parte de nuestro entorno que debemos estudiar y formarnos para llegar a tener un buen porvenir un día futuro. Pero… ¿sale a cuenta?
El motivo parece lógico, en general se suele relacionar con menores tasas de desempleo y con puestos de trabajo más especializados que suelen disponer de mayores salarios. En España veníamos de una dictadura que a principios de los 70 nos dejó con 350.000 estudiantes universitarios. A día de hoy son un 49% los jóvenes que acceden a grados universitarios (sin incluir otra formación profesional superior) una vez alcanzada la edad de acceso. Son datos muy equiparables a las medias de la OCDE que sin embargo presenta unas tasas de formación media superiores a la española. La formación y apuesta por el capital humano ha sido uno de los pilares del crecimiento del PIB español durante las décadas precrisis del 2008 conjuntamente con la disminución de la tasa de desempleo.
Pero muchos somos los que hemos visto como en tiempos de crisis muchos titulados se veían obligados “exiliarse” o a coger trabajos que no requerían tal titulación. Este último hecho ha originado fenómenos tales como la sobrecualifación existida en el mercado laboral español para acceder a prácticamente cualquier puesto de trabajo.
De este modo nos surge la pregunta del título. ¿Quién no ha visto por lo contrario, casos de emprendedores que, sin ninguna formación superior previa, han creado imperios de la “nada”, con ideas brillantes y voluntad férrea para llevarlas a cabo?
Claro está que pocos son los casos como estos, pero volviendo al plano mundano, ¿por qué no podríamos optar por trabajar en un concesionario? ¿O en la empresa familiar? ¿Qué hay de trabajar de albañil? ¿Hagamos un análisis del coste de oportunidad de estudiar una carrera.
El primer coste que nos viene a la mente es, sin duda, el de la universidad. Supongamos que no repetiremos ningún curso y que cursamos en una universidad pública un grado de Economía a razón de 1.700€ por curso. No consideraremos el coste completo de alojarnos en un piso de estudiantes porque no se equiparará a todos los casos; pero sugeriremos un coste medio de (alojamiento o transporte) 12 cuotas de 150€. Como toda persona que aprecia el valor del dinero, los lectores de este blog, imaginaremos que trabajamos durante los veranos de los años lectivos y que ingresaremos 2.000€ a cargo. Posteriormente realizaremos un máster de dos años de duración que situaremos en 5.000€ (algo modesto atendiendo a la exageración de los precios en este tipo de titulaciones). Pero el coste de oportunidad no acaba aquí: de haber pasado directamente al mercado laboral, podríamos fácilmente haber trabajado en cualquier empresa, pongamos por ejemplo Mercadona, con salarios netos de aproximadamente 1.200€ al mes el primer año y 1.400€ a partir del quinto con una ligera posibilidad de promoción a medio plazo al puesto de gerente que dejaremos en 1.650€ mensuales a partir de cumplir 30 años. Por supuesto hablaríamos de salarios reales, puesto que, dada la inflación, suponemos que irán incrementándose con los años a nivel nominal. Lo que sí que haremos será incorporar el factor tasa de reinversión que sería el equivalente a invertir en un activo con prácticamente 0 riesgo que de una rentabilidad, siendo conservadores, lo contaremos al 1% real. El Valor final neto generado por el que no ha decidido estudiar es de 1.246.000€ al jubilarse con 67 años, mientras que el estudiante iguala este valor final neto con todo ingreso medio que sea superior a 1.970€ mensuales una vez terminada su carrera. Ante estas circunstancias nosotros lógicamente recomendaríamos estudiar, puesto que con un adecuado desempeño, no será imposible lograr mayores salarios con el tiempo.
Si os interesa saber como he hecho los cálculos o queréis calcular si os es rentable estudiar, los suscriptores recibiréis la plantilla durante este fin de semana.
Marc Baraut