El fondo de comercio o goodwill es un bien intangible que representa a activos que no son fácilmente identificables por separado, por lo que representará a una unidad de negocio, pudiendo acaparar patentes, marcas, maquinaria de difícil enajenación, etc. Aparece en las compras de empresas por parte de otras entidades en las que se haya pagado una prima o «premium» por su valor, a partir de deducir los activos y sumar los pasivos al precio de adquisición. Por lo tanto y acabando con las definiciones, viene a mostrar el valor que tiene una unidad de negocio más allá del patrimonio figurado en los balances. Enlazo ejemplo práctico.
Una figura contable más? No. Creía necesario dedicar un artículo al fondo de comercio por el cada vez mayor peso en los balances de las grandes empresas. Y es que en un entorno se buscan crecimientos inorgánicos, sinergias o abrir mercados a partir de adquisiciones de start-ups de gran capitalización, situaciones de grandes «revalorizaciones» (en este caso a la baja) pueden ser un problema.
En la introducción he comentado que aparece en adquisiciones, por la necesidad que tiene una empresa de justificar un cambio en sus estados contables al haber pagado «más de la cuenta» por un activo. En este caso conviene diferenciar el fondo de comercio de las «inversiones financieras» que pueden aparecer en partidas de activo corriente y no corriente.
- Las inversiones financieras son compras de acciones (inversiones) que se habrán hecho a valor de mercado y que no nos dan un control significativo o no sobre la compañía. Su precio es tan objetivo, a la par que lo sea el del mercado.
El peligro de los fondos de comercio
A día de hoy, son comunes los grupos empresariales que tienen participaciones en distintas subsidiarias por valores que no llegan a la total integración o bien empresas que a partir de la formación de alianzas compran acciones de la otra para asegurarse cuotas de control o compromisos duraderos.
En el caso de empresas como Telefónica que tienen subsidiarias participadas, la tenencia de más del 50% de las participaciones, obliga a la matriz a consolidar sus cuentas lo que supone crear una partida de intereses minoritarios, crear un fondo de comercio y suponer en los resultados y balance, que los beneficios de la subsidiaria entran directamente a la matriz, cuando en realidad no es así.
Por otro lado, nos gusta señalar el riesgo que acarrea una operación de este tipo. Más allá de que quede bonito o sea genial poder lucir unos estados contables con una empresa participada en la colección, la situación se puede complicar mucho. A pequeña escala, miremos el caso de Renault. Una empresa que cotiza a unos precios que algunos catalogan de «bajos» y que solamente con la participación que tiene de Nissan ya estaría cubriendo su capitalización como se refleja en el Goodwill del balance a la que habría que sumar parte de las inversiones que estarán a valor contable. Pero el caso es que Nissan también es tenedora de un porcentaje importante de Renault, lo cual diluye su participación y le resta valor.
El caso llevado al extremo serían dos empresas con un PN de 100.000 y 100.000 en caja que adquirieran las acciones de la otra recíprocamente. A partir de entonces, el dinero pasaría de las manos de la empresa a las de los socios de las otras empresas, dejándolas capitalizadas en 0 a efectos reales (si tu eres el accionista que no ha sido comprado en estas transacciones, ya puedes deducir que estás siendo perjudicado).
Los fondos de comercio se valoran de varias formas distintas: en el caso español este se consideraba un «sobrepago» y se podía amortizar a razón de hasta un 5% anual, aunque a día de hoy solamente se permite amortizar la parte proporcional correspondiente a los activos que pueden ser amortizados. A día de hoy se calculan siguiendo estimaciones de los flujos de caja que puede producir este activo intangible con lo cual:
- Si se produce un deterioro en las estimaciones de los flujos generados, habrá una depreciación o write-down y el fondo de comercio bajará drásticamente con lo que puede suponer no solo a nivel bursátil (pues la bajada de Heinz-Kraft)¡ se da a priori por este motivo), sino que supondrá que a nivel crediticio todos sus márgenes empeoren.
Marc Baraut